Relaciones de pareja
«Ya te dije adiós, ahora cómo te olvido» de Walter Riso
A todos nos ha pasado alguna vez que hayamos tenido que superar una ruptura, hay quien tiene mayor facilidad para decir adiós y hay quien sufre hasta cimas irracionales. Es por ello que psicólogos, como Walter Riso, ayudan a miles de personas a superar su herida de abandono.
Dicha herida hunde sus raíces en el autoconcepto y la autoestima haciendo que la persona que la sufre se deje llevar por emociones engañosas y justifique hasta las mayores atrocidades de su expareja, solo porque no es capaz de tomar distancias.
En su libro, Walter Riso nos invita a abrazar la realidad, a racionalizar la relación y darnos cuenta de por qué hay que alejarse de la persona que un día amaste sin sentirse culpables por ello. Nos brinda apoyo para dejar de justificar los desplantes, desprecios y deslealtades de la otra persona con excusas como que no sabía lo que hacía o se arrepiente, y aceptar que ha cometido esos errores y hay unas consecuencias, causa-efecto. Saber renunciar es tener dignidad, puedes perdonar pero no olvidar.
Hay un lugar mejor para ti, una persona que te va a respetar de verdad y te va a querer, que no se va a aprovechar de tu vulnerabilidad para dañarte, sino que va a estar a tu lado cuando necesites ayuda.
Según Walter Riso, las personas con el corazón roto tienden a creer que nunca volverán a enamorarse; cuando, en realidad, deberían darse cuenta de que se habían equivocado y tienen que salir de una situación indigna para dejar el espacio en el que poder sanar, reencontrarse a ellos mismos, verificar que no son siameses con esa persona, superar con resiliencia la dependencia emocional y prepararse para elegir mejor a la siguiente pareja.
Como reflexión final, creo que para enamorarme no hace falta sentir mariposas en el estómago, sino verificar que la persona que te gusta y te atrae comparte tus valores y no es capaz de hacerte daño conscientemente, que permanece en las adversidades en vez de crearlas. Porque muchas veces nos encontramos con que la persona en la que hemos confiado es la que crea el problema. En ese momento es cuando tenemos que alejarnos, nos cueste lo que nos cueste. Tenemos el deber de borrar esas expectativas ilusorias que nos habíamos creado y afrontar la persona real, la que nos ha decepcionado, la que es y no la que creíamos que era. Y actuar siguiendo la lógica.
Aparecerán emociones engañosas de culpabilidad, de dependencia; aparecerán pensamientos engañosos de justificación, de marcha atrás; pero ahí es donde hay que ser fuertes y no autoengañarse. No todo son buenas intenciones, existen pruebas, indicios, verdades inapelables que no se pueden obviar. No te hagas el loco ante la realidad y asume que lo más conveniente para ti es irte, aprender y elegir mejor la próxima vez.
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