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EL UMBRAL DE LA NOCHE de Stephen King – Resumen
Stephen King (Maine, 1947) es un escritor estadounidense de novelas de terror, ficción sobrenatural, misterio, ciencia ficción y literatura fantástica. Sus libros han vendido más de 350 millones de copias y en su mayoría han sido adaptados al cine y a la televisión.
El umbral de la noche es el título de su cuarto libro, publicado en el año de 1978. Se trata de su primera compilación de relatos cortos. El libro es considerado por muchos como el mejor libro de relatos cortos escrito por Stephen King, pues cinco de esos relatos se han llevado al cine, además de que algunos otros han servido como prefacio para libros posteriores.
El umbral de la noche – resumen completo
Los misterios del gusano
Charles se muda, con su fiel compañero Cal, a una casa que acaba de heredar y que perteneció a una parte de su familia con la que nunca llegó a tener contacto estrecho. La casa necesita una reforma y parece estar llena de ratas, ya que se escuchan ruidos por detrás de las paredes.
Charles se percata de que las gentes de los alrededores le tratan como a un apestado y acaba enterándose de que sobre la casa pesa una maldición y todo aquel que vive en ella acaba muerto.
Charles y Cal encuentran un mapa en un hueco de la pared y siguen sus indicaciones hasta llegar a Jerusalem’s Lot, una aldea que permanece intacta desde que fue abandonada en extrañas circunstancias y sin que nadie haya vuelto jamás. Allí descubren una cruz invertida y un libro satánico que habla de gusanos.
Charles y cal vuelven a casa muy asustados y se ven obligados a bajar al sótano. Allí descubren los cuerpos corruptos de dos antepasados de Charles que murieron en la casa y quedan muy asustados. Cal quiere escapar, pero Charles quiere quedarse en la casa porque teme que la maldición le acompañe allá donde vaya.
Charles enferma y, cuando cree haber burlado la vigilancia de Cal, se encamina a la siniestra aldea. Cal le alcanza y ambos amigos se dirigen allí. En la aldea encuentran un enorme boquete en la capilla en la que habían estado antes y de ella sale un esqueleto que parece ser James, un antiguo familiar de Charles. También hay un enorme gusano que corre por debajo del suelo. Cal muere por un golpe y Charles acaba siendo tenido por loco y muere con la etiqueta de ser un asesino.
Finalmente, llega un nuevo inquilino a la casa. Otro antepasado de la familia que dice que la casa necesita una reforma y que se oyen ratas detrás de las paredes.
el último turno
Hall trabaja en una fábrica y odia a su jefe, Warwick. Trabaja en una planta en la que hay ratas. Durante unas vacaciones, Warwick le propone a Hall y otros trabajadores que limpien el sótano de la fábrica. La mayoría acepta para conseguir un dinero extra.
Bajan al sótano y enseguida se percatan de que hay muchas ratas. Algunos tienen que irse porque son mordidos por los inmundos animales. Cuanto más avanzan más ratas encuentran. Llegan al final de corredor con sus mangueras a presión y encuentran una trampilla. La abren y advierten que había sido cerrada desde dentro. Hall descubre que los sótanos de la fábrica no son legales y amenaza a su jefe con denunciarle.
Hall obliga a Warwick a bajar al sótano secreto y allí encuentran muchas ratas que les acorralan y murciélagos mutantes. Al final del corredor hay un agujero y Hall tira a Warwick dentro. Se asoma y ve que hay una rata gigante del tamaño de un ternero y el jefe ha muerto. Hall intenta volver pero acaba cayendo de rodillas y es atacado por las ratas y murciélagos. Los compañeros de trabajo se preparan para ir en su rescate y se prevé un fatídico final.
Marejada nocturna
Unos jóvenes están en la playa y vienen de quemar un cadáver. El fallecido es un chico que daba muestras de estar loco, preguntaba por su abuela. Los jóvenes le atan a un palo y le prenden fuego estando vivo.
Tras eso, uno de los jóvenes le confiesa a otro que siente síntomas de la gripe A6, que ha asolado el mundo y lo ha convertido en el caos actual. Los jóvenes siguen en la playa esperando la muerte.
Soy la puerta
Un paralítico que trabajó como astronauta y hoy por hoy sigue un tratamiento. Algo pasó en el espacio y ahora él es la puerta de los extraterrestres y está poseído por ellos.
La trituradora
En una tintorería industrial muere una mujer aprisionada por una máquina al ser engullida por esta. Se investiga lo que está pasando y se repiten nuevas muertes en las mismas circunstancias o mutilaciones que parecen provenir de la máquina, como si esta actuara a voluntad propia. La máquina cobra vida finalmente y sale a las calles a causar el pánico.
El coco
Un hombre que ha perdido a sus tres hijos va a desahogarse al psicólogo. Le cuenta que se siente culpable por las muertes de sus hijos, ya que cree que los mató el Coco. En las tres ocasiones, los niños llamaban a su padre diciendo que tenían miedo porque el Coco salía de su armario. Él siempre les dejaba solos porque no quería ser un padre demasiado blando y que sus hijos no aprendieran a enfrentar sus miedos. Además era muy machista y retrógrado. Los niños amanecían con muerte súbita o habiéndose tragado la lengua. Finalmente, se oye algo fuera del despacho, la secretaria aparece muerta y cuando el hombre vuelve al despacho el Coco está en el armario esperándolo.
Materia gris
El dueño de una taberna se acerca a casa de un vecino, Richie, a llevarle unas cervezas y es acompañado por dos jovencitos. Henry, el tabernero lleva una pistola para defenderse y les cuenta que el vecino al que van a visitar bebió una cerveza en mal estado, que había sido invadida por ciertas bacterias y eso le había convertido en una mole gris y viscosa, que tenía los hábitos de un hongo, odiaba la luz y un día acabó por engullir a su propio hijo. El tabernero sube y le deja las cervezas abiertas en la puerta, pero de pronto el monstruo sale y le captura. Se oyen tres disparos, los dos jovencitos salen despavoridos y se quedan en la taberna esperando su hora. Han visto que el monstruo se está dividiendo en dos y probablemente su especie acabará con la vida en el planeta.
Campo de batalla
John Renshaw es un sicario que recibe un paquete en su casa. Cree que puede ser una bomba. Lo abre con sumo cuidado y descubre que contiene unaq caja verde de metal con un letrero que reza «Cofre del soldado Joe de Vietnam». El contenido venía enumerado: varios soldados, helicópteros, etc. Y al pie ponía «Compañía de juguetes Morris».
Al abrirlo, empiezan a salir soldaditos de carne y hueso que le atacan. Salen también helicópteros. John corre a refugiarse al baño, ya que le están haciendo un terrible daño. Le esperan tras la puerta, así que sale por la ventana del baño y camina por la cornisa hasta la habitación, quiere sorprender a los soldados que están vigilando la caja, pero algo sale mal y John explota. Girones de su camiseta caen al suelo desde la ventana y salen chispas de su apartamento, como si hubiera habido un cortocircuito. Ha sido el arma termonuclear que incluía el juguete.
Camiones
Varias personas están en un área de servicio cuando los camiones y coches aparcados fuera cobran vida y empiezan a envestir a la gente, a atropellarla y, en definitiva, a matarla. Uno de los camioneros, Snodgrass, sale corriendo y, tras ser envestido, acaba en una zanja.
Dentro quedan el narrador, otro camionero, un cocinero negro y una chica y su amigo. El narrador sale con el camionero a llenar un cubo de agua en los baños exteriores del área de servicio, ya que necesitarán agua para subsistir antes de que se acabe el suministro, debido a que la electricidad ha dejado de funcionar.
Son perseguidos por uno de los camiones. Una vez de vuelta en el interior del establecimiento, se percatan de que Snodgrass sigue vivo, pero nadie va en su ayuda. A continuación, descubren que los camiones hablan en morse. Quieren que alguien les llene de gasolina. Los protagonistas deciden esperar a que agoten su combustible, pero al final se ven obligados a satisfacer los deseos de las máquinas, ya que arremeten contra el establecimiento.
No hay escapatoria e incluso pasan aviones sobrevolando la zona que no parecen ir pilotados. Las máquinas se han adueñado del mundo.
A veces vuelven
Jim es un profesor de instituto traumatizado desde la infancia porque vio cómo unos delincuentes adolescentes asesinaron a su hermano frente a sus ojos. Tiene pesadillas recurrentes en las que revive esa escena una y otra vez y no se lo quiere contar ni a su mujer.
Un día empiezan a morir en extrañas circunstancias alumnos de su clase «Viviendo la Literatura» y, en el lugar de los alumnos fallecidos, vienen tres chicos que son idénticos a los de su sueño, tanto físicamente como en su actitud criminal: Lawson, García y Vinnie.
Jim descubre gracias a la confesión de un cuarto chico de clase que los tres nuevos planean hacerle daño, incluso matarle. Entonces Jim se pone a investigar. Llama a Nell, antiguo jefe de policía de su ciudad natal, ya jubilado, que fue quien llevó el caso de su hermano, y hace un descubrimiento truculento, esos tres chicos murieron arrollados por un tren tras uno de sus crímenes, solo se salvó un cuarto delincuente que ya roza los treinta y dos años. Y el instituto del que dicen venir, Mildford High, es en realidad el cementerio Milford de Ash Heigth Roads.
Jim se da cuenta de que esos tres son, en realidad, muertos vivientes y empieza a leer un libro para invocar a demonios. Su mujer se extraña, pero no dice nada. Los tres chicos le amenazan con hacer daño a su mujer y, misteriosamente, Sally aparece muerta al día siguiente.
Jim desesperado por la tristeza va al instituto, se encierra en clase y prepara un ritual para invocar a un demonio. Lo consigue. El demonio le pide una ofrenda, así que Jim se amputa dos dedos con un cortaplumas y se los ofrece al demonio. Este desaparece y llegan los tres chicos, que vienen a matar a Jim. Cuando entran a clase, el demonio invocado sale bajo la forma de Wayne, el hermano fallecido de Jim, y acaba con los tres chicos consumiéndolos a cenizas. Luego, se va, diciendo que volverá. Y Jim se pregunta si ya ha acabado su pesadilla.
La primavera de fresa
El narrador ve una noticia en el periódico en la que se menciona a Jack Piesligeros y le viene a la memoria la facultad en la que estudió hace ocho años sucedió algo fuera de lo común. Aquel invierno, como cada ocho años, se dio un extraño efecto meteorológico denominado «la primavera de fresa» por la cual la nieve se derretía y una espesa niebla lo inundaba todo, hacía calor y parecían moverse seres fantásticos entre las sombras.
Ese invierno apareció el cadáver de una chica que él conocía, que todo el campus conocía, y encarcelaron al novio como único sospechoso. Sin embargo, tuvieron que soltarlo porque, estando en el calabozo, hubo otro asesinato, este más espeluznante, ya que el cadáver había sido decapitado.
Siguieron apareciendo muertos. Incluso un policía recogió a un chico que parecía muerto, pero que se levantó en el asiento de atrás porque seguía vivo. Pasaban cosas muy extrañas.
El asesino fue apodado como «Jack Piesligeros» porque nunca dejaba huellas, era como si posase a las víctimas bajando desde los aires. Además, le comparaban a Jack el Destripador, por su modus operandi, y por un hombre que asesinó a cinco de sus esposas con extraños ingredientes farmacéuticos.
La policía, desesperada, trata de infiltrarse en el campus para frenar las muertes. El narrador estaba estudiando en su cuarto, cuando entró su compañero, estuvieron hablando sobre la primavera de fresa, sobre las sospechas que caían sobre cualquiera y finalmente el compañero le invitó a jugar una partida de billar, pero el narrador dijo que prefería quedarse estudiando y, mientras lo hacía, iba mirando por su ventana y sentía que una parte de él vagaba por las ciénagas, entre la bruma.
Al día siguiente aparece una nueva víctima descuartizada. La policía inculpa a un inocuo homosexual, pero también se ven obligados a soltarlo, porque aparece otro cadáver. Tras ello, el rector adelanta las vacaciones y todos los alumnos vuelven a sus casas. Vuelve la nieve en Nueva Inglaterra, después llegó abril y Jack Piesligeros desapareció con la bruma.
El narrador se graduó, se casó, encontró trabajo y tuvo un hijo. Ahora es periodo de Primavera de fresa y ha aparecido un nuevo cadáver. Su mujer quiere saber dónde estuvo por la noche, teme que le haya sido infiel con otra mujer. Él no se atreve a abrir su maletero, se teme algo peor. Él es el asesino.
la cornisa
Norris está acorralado por Cressner, el marido de su amante, la dulce Marcia. Norris la conoció porque era su profesor de tenis y se enamoraron. Ahora Cressner los sabe, Marcia ha podido huir, pero Norris está en el apartamento de Cressner y este le amenaza con poner varios kilos de droga en su coche y llamar a la policía, lo que le proporcionará cuarenta años entre rejas.
Sin embargo, para librarse le propone un envite. Si consigue rodear el edificio sobre la cornisa saliendo por un lado del balcón y volviendo por el otro, le dará una bolsa llena de dinero, le dejará en libertad y podrá tener a Marcia. Norris se ve obligado a aceptar la apuesta.
Empieza a caminar por la cornisa de doce centímetros, puede ver la hora que es en el reloj de un banco que hay enfrente. El viento es un impedimento y un palomo que le picotea el tobillo es otro de los obstáculos que se encuentra. A todo esto, Cressner le observa y se ríe de él. Finalmente, Norris consigue dar la vuelta al edificio.
Cressner no esperaba que lo consiguiera. Le da la bolsa de dinero, le permite irse, pero le dice que a Marcia tendrá que buscarla en el depósito de cadáveres, porque ha muerto. Justo cuando Norris se dispone a salir, Cressner le ordena a uno de sus secuaces que dispare a Norris. Norris forcejea con el matón y lo derriba, consigue la pistola y apunta a Cressner. Le dice que quiere hacer una simple apuesta, ahora será él quien dé la vuelta al edificio, si no quiere recibir un balazo.
el hombre de la cortadora de césped
Harold Parkette tenía una cortadora de césped «Lawnboy» último modelo con la que cortaba el césped un chico que tenía contratado. Pero un día un gato pasó por delante de la cortadora de césped perseguido por un perro y acabó triturado por la máquina, lo que dejó traumatizada a toda la familia, en especial a Carla, la mujer de Harold, que no podía dormir por las noches.
Harold puso a la venta la cortadora de césped y dejó que su hierba creciera. Creció tanto que ya estaba demasiado alta, así que pensó en contratar los servicios de unos jardineros profesionales.
Se presentó en su casa el jardinero, un hombre gordo. Harold se puso a leer el periódico y llegó a sus oídos el ruido de la cortadora de césped. Se asomó para mirar cómo iba el trabajo y vio que el jardinero estaba completamente desnudo, la máquina iba sola y detrás iba el hombre comiéndose la hierba remanente de forma horripilante. Incluso se comió un topo que la máquina había perseguido hasta triturarlo.
Harold le pidió que se detuviera. El jardinero le explicó que era una técnica muy eficiente que su jefe Pan estaba aplicando y de la que estaban muy orgullosos, aunque había gente que a veces no entendía sus métodos.
Harold le siguió la corriente y, cuando entró a casa, llamó a la policía para decirles que había un exhibicionista en su jardín. De repente, la cortadora de césped irrumpió en su salón seguida del gordo que decía «Ha cometido un error, amigo». Harold acabó bajo la cortadora de césped. Y cuando llegó la policía, no entendía que había podido pasar.
basta s. a.
Morris se encuentra en el aeropuerto a un viejo conocido llamado Jimmy McCann. Lo encuentra muy favorecido y le pregunta cómo ha dejado de fumar. McCann le cuenta que ha hecho un tratamiento infalible en un 98% de casos. Y le da la tarjeta del centro: Basta S.A.
Morris se olvida por un tiempo, pero un día vuelve a ver la tarjeta y decide hacer un paseo hasta el lugar, ya que estaba cerca de su trabajo.
Allí conoce a Donatti y quedan en que empezará el tratamiento al día siguiente. Morris vuelve la mañana siguiente y Donatti le hace pasar a una sala donde le dan descargas eléctricas a un conejo para que no coma. Donatti le dice que, a partir de ahora, le van a estar vigilando y, si fuma, primero le darán descargas eléctricas a su mujer, luego le darán una paliza a su hijo con discapacidad cognitiva y, si sigue reincidiendo, le pegarán una paliza a su mujer y, ya lo último, si pertenece al dos por ciento que nunca lo deja, le matarán.
Morris se va muy asustado. Durante un tiempo cumple lo acordado porque ama a su familia. Pero un día, en un atasco, abre la guantera y hay una cajetilla. Da tres caladas y cuando llega a casa su mujer no está. Donatti le llama y le pide que vaya al centro.
Allí está su mujer, que ha recibido las descargas. Morris le cuenta todo y ella dice que es lo mejor que le ha pasado, ya que el método es infalible. Morris sorprendido vuelve a casa con su mujer. Pasa el tiempo y sube de peso. Entonces, recibe una llamada de Donatti, que le advierte de que, si sube de las 90 kilos, le cortará un meñique a su mujer.
Pasa el tiempo, Morris ha conseguido sus objetivos. Un buen día vuelve a coincidir con McCann, que esta vez va acompañado de su mujer. A la mujer le falta un meñique.
sé lo que necesitas
Elisabeth estudia sociología en la residencia de estudiantes y un extraño muchacho con gafas de pasta y calcetines de diferente color se acerca a ella y le dice que sabe lo que necesita. Ella siente un dejà vù al mirarlo y, tras una breve charla, el chico, Ed Hamner, le dice que se estudie una página en concreto, porque él hizo la asignatura el año pasado y sabe que el profesor siempre pone lo mismo.
Elisabeth se lo comenta a Alice, su compañera de habitación, y ella le aconseja que se estudie todo el libro y no pierda el tiempo con esa idea absurda. Sin embargo, Elisabeth decide hacerle caso y saca la mejor nota en el examen, porque sucede lo que Ed había dicho.
En otra ocasión, Ed la llama Beth que es como a ella le gusta que le llamen, no Liz o Lizzie, como la llama su novio Tony.
Acaba el curso y llega el verano, Elisabeth está ilusionada, pero ya no siente lo mismo por Tony. Una noche sueña que está dentro de un ataúd y Tony está cerca, luego sale Ed en el sueño y se convierte en un lobo. Al día siguiente, Tony es atropellado por un coche Fiat que tenía los frenos defectuosos. Elisabeth está confusa, por un lado deseaba no tener que decirle a Tony que le dejaba, pero, por otro, está triste por su muerte.
Vuelve a la residencia y sigue pensando en Ed. Pero pasa un tiempo antes de que Ed se presente a verla, le dice que sabía que ella necesitaba su tiempo. Elisabeth se enamora de Ed y empiezan una bonita historia de amor.
Cierto día, Alice la para y le dice que no se fíe de Ed, que le ha investigado, porque le parecía demasiado extraño e incluso confiesa que también la ama. El detective ha descubierto que Ed fue a la misma escuela que Elisabeth en la infancia, así que ya la conocía, y nunca ha estudiado sociología ni ha pertenecido al campus. Asimismo, tiene algún tipo de poder predictivo, hizo que su padre se enriqueciera, pero su madre le aborrecía. Finalmente, ambos murieron dejándole una herencia.
Elisabeth llega al apartamento de Ed, pero él no está. Así que busca entre sus pertenencias y encuentra una caja con una foto de los padres de Ed con un símbolo pintado sobre sus caras, hay un pequeño coche Fiat en la caja, además de una muñeca con pelo de cuando Elisabeth era niña.
Llega Ed y la increpa muy enfadado. Ella dice que ya no quiere estar con él porque mató a Tony. Él quiere justificarse. Le dice que no encontrará a nadie que la quiera como la quiere él. Ella tira y pisa la muñeca que la representa. Él le pide la caja. Ella le da la caja, pero se lleva el contenido y lo tira por un puente que hay cerca de la facultad.
los chicos del maíz
Burt y su mujer, Vicky, se han salido de la autopista y están en una carretera rodeada por maizales, que no parece llevar a ninguna parte.
Vicky está muy disgustada y ambos están discutiendo acaloradamente cuando Burt atropella a un niño. Salen del auto y descubren que es un niño de unos trece años con el cuello cercenada con anterioridad al accidente. Además, descubren que dentro del maizal hay manchas de sangre y una maleta que, probablemente, pertenece al chico.
Meten el cadáver en el coche con la intención de ir a la policía en el siguiente pueblo. En la maleta hay ropa y un extraño crucifijo hecho de mazorcas.
Por el camino sintonizan una extraña emisora de radio en la que un adolescente está proclamando sermones religiosos, que les ponen los pelos de punta.
Al llegar a Gatlin se dan cuenta, por los precios y los carteles, de que es un pueblo deshabitado desde 1964. No hay nadie, pero se escuchan unas siniestras risas de niños y la pareja se siente observada desde el accidente en el maizal.
Inspeccionan el lugar pero no encuentran a nadie. Siguen con el coche y llegan a una iglesia, paran atraídos por el hecho de que la hierba está recién cortada y parece un lugar cuidado. Vicky quiere salir del lugar, pero Burt se obstina en entrar a la iglesia.
Dentro descubre una inscripción de 1974, fecha actual, y una biblia. Por lo visto, en ese pueblo se procesa un culto por el cual solo se puede vivir hasta los diecinueve años. Al salir, ve un grupo de niños con armas blancas rodeando el coche. Consiguen abrirlo y apuñalan a Vicky. Burt sale corriendo y se interna en el maizal. Sabe que está siendo perseguido, pero cree que los niños están lejos.
De pronto, hay un claro y allí está su mujer con las cuencas de los ojos vacías y crucificada. También hay dos cadáveres más, por la indumentaria, son un cura y un policía. Burt quiere escapar pero el maizal se cierra ante sus ojos. Aparece «el que marcha detrás de las hileras», un monstruo verde con ojos rojos como balones de fútbol.
Los dos esqueletos y la pareja están crucificados y un niño de nueve años recita con solemnidad ciertas palabras sagradas. Es David. Malachi y Joseph le observan, ya tienen diecinueve años. Malachi es quien degolló a Ahaz y lo dejó en la carretera para que no contaminara el maizal. Ahora se sacrificará. Avanza sin mirar atrás para ser devorado por «el que marcha detrás de las hileras». Todo sucede ante los ojos de Ruth, una niña que lleva el hijo de Malachi en el vientre, que odia al maizal, pero también lo teme.
el último peldaño de la escalera
Larry es abogado y recuerda su infancia, cuando él y su hermana Kitty jugaban en el granero a saltar sobre un almiar.
Era muy peligroso. Tenían que subir una escalera destartalada, caminar por un tabla hasta el almiar y, finalmente, tirarse encima de la mullida paja.
Les daba miedo pero lo hacían un y otra vez. Hasta que la escalera cedió y Kitty se quedó colgando del último peldaño del escalón.
Bajo sus pies, Larry empezó a mover la paja de donde estaba a debajo de Kitty. No había demasiada, pero el peldaño iba a soltarse así que Larry le pidió que saltara. Ella cayó sobre la paja y solo se torció un tobillo. Larry recibió unos azotes por parte de su padre.
Pasaron los años y Larry se hizo abogado. Mientras que su hermana iba de un matrimonio roto a otro y acabó de prostituta de lujo. Kitty no paraba de escribirle cartas pidiéndole que la visitara, pero él siempre respondía que no podía por diferentes compromisos. Ahora Kitty se ha suicidado tirándose de un edificio. En su última carta decía que lo mejor habría sido que hubiera muerto aquel día en el granero.
el hombre que amaba las flores
Un chico atractivo pasea por su ciudad, la gente sonríe al verlo pasar, una señora le llama guapo. En las noticias se habla de la guerra de Vietnam y de un asesino en serie que mata con un martillo, se dice que ha aparecido un cadáver.
El chico se para en una floristería y charla con el dependiente sobre los precios de las flores, los gustos de las mujeres. El chico no tiene mucho dinero, pero quiere comprar un ramo hermoso para Norma. Al final se va satisfecho con un ramo muy bonito.
Camina en una dirección concreta y cree ver a Norma, se acerca a ella con el ramo, la llama por su nombre. Pero ella dice no llamarse Norma. Entonces él saca un martillo, ella grita asustada y él se da cuenta de que ella no es Norma y descarga el martillo sobre la chica, el ramo se esparce a su alrededor. Ya había matado a cinco mujeres anteriores, porque no eran Norma. Él se llamaba amor y caminaba por esas calles oscuras porque creía que Norma le aguardaba y que la encontraría pronto.
un trago de despedida
Una noche de ventisca invernal, Booth está tomando algo en el bar de su amigo Tookey cuando entra un señor muy alterado. Dice que ha recorrido nueve kilómetros sobre la nieve y viene con síntomas de congelación. Dejó en el coche a su mujer y a su hija y pide ayuda para que las rescaten.
El problema viene cuando el hombre explica dónde está el coche. Por lo visto, él y su familia vieron un cartel de Jerusalem´s Lot y pensaron que era el pueblo más cercano, no sabían que estaba abandonado. Fue allí donde quedó atorado el coche y desde donde había venido caminando.
Booth y Tookey tienen miedo, saben que es una zona con vampiros. La gente del pueblo fue huyendo de allí, hubo un tiempo en que se repobló debido a los bajos precios, pero la gente se iba a los dos meses y, los que se quedaron, desaparecieron. Hace dos años hubo un incendio en Jerusalem´s Lot que duró varios días. Pero en esa zona siguen desapareciendo personas.
Booth y Tookey deciden acompañar al hombre a buscar a su familia. Cuando llegan, Tookey le dice al hombre que si ellas no están dentro del coche tendrán que volver y llamar al sheriff. Efectivamente, cuando el hombre abre su Mercedes, está vacío. El hombre sale en su busca. Booth y Tookey saben que tienen que salir pitando de allí.
De pronto, aparece la mujer convertida en vampiro y el hombre va hacia ella y es mordido en el cuello. Booth y Tookey huyen. Cuando pasan por el Mercedes, Booth ve a la niña agazapada, también es un vampiro. La niña quiere darle un beso, él está hipnotizado, casi le muerde, pero Tookey lo evita y ambos consiguen volver al bar.
Booth ya es viejo. Tookey murió de viejo hace unos años. Booth piensa que la niña aún está ahí fuera esperando su beso.
la mujer de la habitación
Un hombre visita a su anciana madre en la habitación del hospital en el que está ingresada tras ser sometida a una operación de «cototomía».
El hombre se ha emborrachado para enfrentarse a tan desagradable situación. Su madre ha sido operada y ha quedado paralítica. Morirá de la misma afección que su abuela, de «Uremia». Y ya poco se puede hacer.
El hombre piensa en ayudarla a morir y le pone unas pastillas en la mano. Ella entiende lo que está pasando y cree que es buena idea. Se las toma una tras otras y dice que quiere dormir, pero antes le da unas instrucciones a su hijo para que no puedan incriminarlo como cómplice de eutanasia.
Le dice que ponga el frasco de las pastillas en el bolso de ella y que diga que, antes de irse, su madre le pidió que le diera el bolso. El hombre le da un beso y se va a su casa, se sienta frente al televisor a esperar que le den la fatídica noticia y se lamenta de no haberle dado un beso más.
lo que me gusta y lo que no
Este libro me ha permitido conocer la prosa de Stephen King y me ha gustado mucho. Creo que Stephen King tiene una imaginación magnífica y un don para crear suspense y relatar lo aterrador, lo espeluznante y lo fantástico. Asimismo, utiliza un vocabulario muy rico y cargado de connotaciones, que me parece muy adecuado para aquellos que quieran mejorar su expresión oral y escrita.
Cada relato tiene una buena idea detrás, momentos de tensión, sucesos irreales contados de forma verosímil, que hacen que se te pongan los pelos de punta. Como él mismo dice en el prólogo, sabe los gustos de sus lectores, sabe que buscan la morbosidad y regocijarse en lo más bajo del ser humano.
Reconozco que estos relatos encierran crítica social y son una forma de darle al lector donde más le duele. Si quieres pasar un rato escalofriante y conocer la esencia del autor en pocas páginas, no te pierdas este libro de relatos.
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