Mis lecturas
Resumen de EMMA de Jane Austen
Jane Austen es una de las escritoras más leídas y veneradas de la época victoriana. Su obra Orgullo y prejuicio, que ya reseñé en este blog, es sin duda su novela más conocida. Pero escribió muchas otras, entre ellas la titulada La abadía de Northanger, que también reseñé en su momento. Ahora le ha tocadoel turno a Emma, una novela que quizás es la que más me ha gustado de las tres, aunque se me ha hecho un pelín larga.
Emma – resumen completo
Emma Woodhouse vive junto a su padre viudo en una mansión campestre de Inglaterra. Lleva una vida fácil y elegante, por lo que siempre ha gozado de todas las comodidades y el talante complaciente de su padre la ha permitido hacer y deshacer a su antojo. Su hermana Isabella se casó hace unos años con el Sr. Knightley y ya han tenido dos hijos, viven en las afueras y les visitan poco. Sin embargo, su cuñado, también llamado Sr. Knigthley, vive cerca y les visita a menudo. El cuñado de Emma cree que ella está malcriada, pero tiene un buen corazón, y suele meterse con ella.
Por otro lado, la institutriz de Emma, la Srta. Taylor, acaba de casarse con el Sr. Weston y Emma se atribuye todo el mérito de esta unión, diciendo que gracias a ella están juntos. Su padre, a quien no le gustan los cambios ni las corrientes de aire, porque ya tiene una edad, no le ha gustado ver que la institutriz se va de su mansión, hubiera preferido que se quedara a vivir con ellos, y le pide a su hija que no haga de casamentera.
Aun así, Emma le ha cogido el gustillo y decide buscarle un marido a Harriet, una humilde chica que estudia en una institución benéfica y que a Emma le parece demasiado grácil y bella como para no conseguir un «buen» marido. Harriet acude a la mansión a diario y le hace compañía a Emma, que quiere instruirla en los buenos modales y hacer de ella toda una dama, es su proyecto personal.
Un día Harriet le dice que el granjero Robert Martin le ha pedido matrimonio por carta. Emma cree que ese hombre no está a su altura y la anima a rechazarlo, diciendo que puede aspirar a algo mejor y que, si se casa con Martin, ya no podrán seguir viéndose entre ellas porque Emma no podrá ir a visitarla, no sería adecuado a su estatus social. Harriet un poco apenada, decide declinar la proposición de Martin. Es entonces cuando el Sr. Knigthtley le recrimina a Emma que no haya permitido ese enlace, ya que en su opinión el Sr. Martin es una excelente opción para la chica y aspirar a más solo la llevará al fracaso; también, le dice que no juegue con las vidas de sus amigas y la avisa de que, si está pensando en el reverendo Elton para su amiga, no va a funcionar tal unión porque el Sr. Elton aspira a mucho más que una huérfana de internado. Emma y él acaban enojados.
El Sr. Elton acude un día a casa de Emma y ambos conversan sobre la belleza de Harriet en presencia de ella. Elton parece muy complacido y Emma se propone hacer un retrato de su amiga. Elton no para de adular su trazo, pero Emma cree que está mostrando interés por Harriet. Luego le pide a Elton que se encargue de enmarcar el cuadro y este se toma muy en serio su cometido. Para Emma no hay duda de que es por amor a su amiga Harriet. Le hace ilusiones, por lo que se olvida del Sr. Martin.
Sin embargo, pronto descubren que Elton no quiere a Harriet, ya que Elton le pide matrimonio a Emma. Todos los halagos que, ella creía, iban para Harriet; en realidad, iban destinados a Emma. Se lleva una gran desilusión, sobre todo, por su amiga Harriet y, por supuesto, rechaza la oferta. Cuando Harriet lo sabe, entra en un bucle y no para de hacer mención de la superioridad de Elton y de lo que cree haber perdido. Elton deja por unos meses el lugar y vuelve casado con una mujer que no le caerá bien a Emma, por parecerle una persona vanidosa y petulante. Mrs. Elton tras un intento de hacerse amiga de Emma sin éxito, se convertirá en la nueva protectora de Jane Fairfax.
Por otro lado, los Weston van a recibir pronto la visita del hijo que el Sr. Weston tuvo en su primer matrimonio. Como su anterior esposa era muy adinerada y él quedó en banca rota tras su fallecimiento, ya que ella pretendía vivir por encima de sus posibilidades, el niño fue a parar a casa de los abuelos, que le cambiaron el apellido, por eso se le conoce como Frank Churchill. Emma cree que, al casarse Weston con su institutriz ha salido ganando, ya que ahora podrá conocer el verdadero amor, puesto que ella está por debajo de él y no por encima, como en su anterior matrimonio. Además, tiene ganas de conocer a Frank porque cree que podría ser un buen candidato para ella, ya que están a la misma altura social. De todos modos, casarse no está en sus planes, ya que ella lo tiene todo y no hay nada a lo que aspire, no cree que un marido le pueda ofrecer algo mejor de lo que ya tiene con su padre, donde es la reina y señora.
La Sra. Bates, una mujer muy poco elegante y bastante pesada, que vive con su madre, también de apellido Bates, recibe la visita de su hija Jane Fairfax que vive acogida con la familia Campbell. Los Campbell, que tenían una hija de su edad, la han querido como una hija más y hermana de su propia hija, le han dado una buena educación y ahora Jane podría convertirse en una estupenda institutriz. Cuando aparece por el lugar, Emma procura evitarla, ya que no le cae bien, pues todo el mundo no hace más que alabar lo bien que canta, lo bien que toca el piano, lo discreta que es. A Emma una persona tan reservada la enerva, porque no hay manera de hablar con ella. Cuando lo intenta, para sacarle información de Frank Churchill, Jane no suelta prenda, dice que no sabe. Emma se pregunta qué hay entre Jane y Churchill, ya que sabe que se conocen porque han vivido en la misma ciudad. Además, Jane recibe un piano que no se sabe quién le ha regalado, lo que causa en Emma todo tipo de especulaciones. Se pregunta si no será que Jane y el Sr. Dixon, el marido de la hija de los Campbell, habrá sido el benefactor, ya que una vez la salvó de caer al agua en una balsa y siempre había adulado la maravillosa forma que tiene Jane de tocar el piano, incluso delante de su esposa; así que, según Emma, podrían estar enamorados en secreto.
Cuando llega Frank, tras faltar unas Navidades por la enfermedad de su tía, la familia Weston se alza en júbilo. Es la oportunidad de Emma de averiguar si Frank es bella persona y, tras conocerlo, advierte que tiene modales, trata bien a la señora Weston, incluso empieza a asomar una emoción que Emma asocia al amor. Solo un detalle la hace dudar, el hecho de que Frank se vaya a Londres un día entero solo para cortarse el pelo, lo que califica de poco ahorrador y poco considerado respecto a sus familiares, los Weston.
En el lugar no hay sala de fiestas, así que Emma y Frank se deciden a preparar una, pero antes de poder celebrarse, Frank tiene que marchar. A su vuelta, la familia Cole, unos comerciantes que amasan una gran fortuna, pero que Emma considera inferiores a ella, dan una cena en su casa. Emma no recibe invitación, mientras todas las demás familias sí están invitadas, así que por un lado está halagada porque, si no la invitan, es que la consideran superior a ellos, y por otro lado, le hubiera gustado recibir invitación para poder rechazarla. Cuando la recibe, descubre que el retraso ha sido debido a que los considerados Cole querían recibir un biombo para las corrientes de aire para usar con el Sr. Woodhouse antes de invitarles. Emma accede porque todo el mundo va.
Allí, primero, cenan las familias más adineradas y luego llegan Harriet, Jane y las Bates, consideradas de menor rango social. Durante la velada, Jane canta junto a Churchill y todos se deleitan de lo bien que lo hacen. Cosa que molesta a Emma, porque Jane siempre acapara el centro de atención. Emma especula sobre los gustos amorosos de Frank, pero no sabe qué pensar; Jane, Harriet, son las candidatas, ya que tiene claro que ella misma no es la mujer por la que Frank suspira.
Frank Churchill abandona el lugar, porque tiene que reunirse con su tía, que está tan enferma. Durante esa ausencia, justo cuando Jane se disponía a partir para un trabajo como institutriz, se descubre que Jane y Frank tenían una relación secreta y que se han comprometido en matrimonio, eso implica que Frank pierda su herencia, porque su tía no permitiría que se casara con una mujer de estatus social inferior. Emma está sorprendida y triste por Harriet, ya que de nuevo se decepcionará. Por otro lado, Knigthley le confiesa a Emma que la ama. Emma pensaba que él sentía algo por Harriet o por Jane o que nunca se casaría, pero siempre estuvo enamorado de ella, solo que nunca se lo dijo.
La tía de Frank muere y Jane y Frank se casan. Los Weston siguen felices. Harriet sorprende a todos casándose con el granjero Robert Martin. Y Emma y Knigthley acaban juntos. Fin.
lo que me gusta y lo que no
Emma es una novela interesante desde el punto de vista de los personajes y el enredo amoroso. Me ha gustado que en todo momento el lector dude de quién está enamorado de quién, así como el hecho de que se derriben prejuicios entre los personajes, y que se juegue con las apariencias, de modo que lo que parecía una cosa, luego sea otra.
Emma es un personaje divertido, ya que es tremendamente esnob, se equivoca en todos sus juicios y lleva a su amiga Harriet por la calle de la amargura. Por otro lado, están las tiernas disputas entre el Sr. Knigthley y Emma, que acabarán en una pareja de igualada inteligencia y respeto mutuo.
También me han gustado algunos diálogos que muestran las costumbres y lenguaje de la época.
Lo que no me ha gustado de la novela es que hay pasajes innecesarios que se alargan hasta la extenuación.
En general, considero que es una novela de la que se puede aprender mucho si eres escritora de romántica.
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