Aprender a aprender
3 propuestas para introducir la meditación en clase – Educación infantil
En el caso de la Educación Infantil, la práctica de la meditación del movimiento consciente (si no sabes lo que es, te recomiendo ir a los artículos anteriores a este) será una nueva oportunidad para «jugar» con la atención e intentar que los alumnos aprendan poco a poco a ponerla
donde ellos decidan. Se pueden introducir las prácticas de mindfulness diciendo que estamos enseñando a nuestro cerebro a fijarse en las cosas, igual como se enseña a un cachorrito de perro a hacer caso y obedecer.
Las opciones que tenemos para practicar el movimiento consciente son infinitas -de hecho, nuestra vida entera, desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, la podemos convertir en una práctica de atención a lo que estamos haciendo- y lo interesante a medida que nos sintamos más cómodos introduciéndolas en clase será improvisar y experimentar con los alumnos.
Propuesta 1. Yoga consciente
Cuando hablamos de yoga para realizar con niños entra en juego el aspecto más lúdico que puede tener esta práctica. Las posturas que tienen nombre de animales o de la naturaleza son un recurso excelente para motivarles: la vaca, el gato, la serpiente, el perro, la montaña, el árbol. Podemos hacer que ellos escojan su postura preferida e inviten a los demás por turno a realizarla.
Propuesta 2. Paseo silencioso
Una buena opción para realizar en la clase -con un recorrido limitado- o para trasladarse de un sitio a otro del centro escolar, invitándoles a que se fijen alternativamente en los pies, las piernas, los hombros, la respiración mientras caminan.
Propuesta 3. Movimiento consciente durante una actividad
Esta opción es menos formal, pero no por ello menos válida. En realidad, acostumbra a ser la práctica que con más naturalidad trasladan, al final del día, a su entorno no escolar. Y recordemos que, no por ser menos formal es menos efectiva.
Se trata de proponer jugar con la atención mientras se están preparando o realizando otras actividades: cuando se preparan los materiales para utilizar en la clase de educación visual y plástica, cuando se suben y bajan las persianas, si se tienen que cambiar las mesas y sillas de sitio, cuando se borra la pizarra, al sacar los materiales de la mochila o al meterlos al final del día. Y un sinfín de momentos a lo largo del horario escolar de los que podemos sacar partido.
Los maestros acostumbran a coincidir en que, desde que han introducido esta práctica en sus clases, realizan menos trabajo de preparación de materiales en clase pues aprovechan que es una oportunidad excelente para que los niños practiquen la atención plena en el movimiento.
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