Relaciones de pareja
Los peligros del enamoramiento
Enamorarse puede ser lo más hermoso que te haya pasado, pero no todo el mundo se enamora de la persona adecuada, en el momento oportuno y con el propósito justo, así que en ocasiones, se convierte en un verdadero inconveniente.
Según el psicólogo Giulio Cesare Giacobbe el enamoramiento es «la proyección de la propia necesidad de un progenitor sobre otra persona», que, por otro lado, normalmente no está a la altura de tus expectativas.
El enamoramiento no ha de confundirse con el amor. El enamoramiento es necesidad de amor y no la capacidad de amar. Según Giacobbe el enamoramiento es la ilusión del niño/adulto de haber encontrado al progenitor que necesita, ese que lo ama y no lo abandona por el resto de la vida. Es normal que esta ilusión lo haga feliz, pero el enamoramiento dura poco. Y a menudo acaba mal. El enamoramiento nos da momentos de gran felicidad, pero también implica una gran debilidad. Basta un gesto, una palabra, una distracción, cualquier cosa que nos desvele que aquella persona no tiene ninguna capacidad y quizás ninguna intención de resolver todos nuestros problemas, que nosotros caemos en la más profunda depresión.
Si te enamoras de la persona equivocada te conviertes en un caramelo de fresa, uno te come cuando quiere y luego tira el papel con tu alma pegada dentro.
Enamórate, hay quien tiene suerte y se enamora de la persona justa, pero si no te das más que batacazos, empieza a elegir bien a la persona a la que le estás ofreciendo tu debilidad, tu vulnerabilidad, o mejor aún: conviértete en una roca contra la que si rompen las olas, resista.
No significa que el amor no sea posible y que la vida de pareja no sea realizable. De hecho crear una familia, con o sin hijos, es la finalidad de nuestra madurez emocional, natural, psicológica y social. Pero solo se puede realizar cuando has desarrollado una personalidad de progenitor (si quieres saber más sobre las fases de la personalidad por las que hay que pasar para conseguirlo, te dejo este enlace). Ser progenitor no significa tener hijos, significa haber desarrollado la capacidad de amar desde la compasión y de no ser un egoísta. Piensa en la madre que acepta incondicionalmente al hijo, aunque sea un delincuente, un deficiente, un desgraciado, ese es el verdadero amor. Darse al otro, desear que el otro sea feliz, lo que se convierte también en nuestra felicidad. Todos los demás son amores fingidos, deseosos de saciar sus propias necesidades, come el enamoramiento, que no quiere la felicidad del otro, sino la felicidad propia.
El enamorado es la persona más débil del universo, es como un niño necesitado, porque su felicidad depende de la presencia o de la disposición de la persona amada. Y la persona amada hará contigo todo lo que quiera. Si resulta que ambos están enamorados entonces se convierten en inspiración para tragedias como Romeo y Julieta, que tenían respectivamente diecisiete y catorce años. Que quizás no es la mejor edad para tener un enfoque inteligente hacia los problemas de la vida. Si sufres un enamoramiento enfermizo, puedes ver el siguiente vídeo sobre cómo vencer una obsesión y mis vídeos sobre mindulness. Te ayudarán a tomarte los problemas con serenidad.
La conclusión es que hay que madurar, entender el enamoramiento por aquello que es: un momento de locura transitoria, y centrarse en si esa relación te conviene o no, te aporta o no, es tóxica o beneficiosa para ti y tu entorno. Abre los ojos, analiza, madura y actúa de manera inteligente y sensata. Entra en relaciones en las que aportes y te aporten, sé autónomo, no andes necesitando al otro todo el tiempo, no seas egoísta y disfruta de todos los momentos de la vida, también de aquellos momentos en los que estás solo, porque para amar de verdad, primero tienes que haber aprendido a estar completamente solo, así podrás rechazar las relaciones tóxicas si te aparecen, porque sabrás estar solo y preferirás estar solo a mal acompañado.
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