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2 Técnicas de respiración para entrenar estados de calma
Cuando sentimos estrés, nos cambia la respiración, se vuelve más agitada y menos profunda, y eso contribuye a que se acelere nuestro ritmo cardíaco y se activen mecanismos de alerta. Si el estrés es agudo, puede llegar a perjudicar nuestra capacidad intelectual. Así que nos conviene poner consciencia sobre nuestra respiración, pasando a respirar intencionadamente de forma más pausada y profunda, así entrenaremos a nuestro cuerpo en la excelente tarea de calmarse a sí mismo.
respiración abdominal profunda
Es aquella en la que primero expulsamos el aire de nuestros pulmones y a continuación vamos inhalando por la nariz e inflando el abdomen como si fuera un globo, de manera que los pulmones empiezan a inflarse desde abajo hacia arriba y movemos el diafragma, un músculo muy importante para todas aquellas personas que quieran liberar tensiones. Al inflar el abdomen el diafragme desciende y deja más espacio a los pulmones para inflarse.
Para finalizar la respiración, una vez están llenos los pulmones, podemos mantener el aire unos segundos, porque así oxigenamos el organismo, y después empezamos a exhalar paulatinamente, también por la nariz, controlando que el ritmo sea lento y desinflando el estómago.
respiración alterna
En este caso, primero respiramos por una fosa nasal y después por la otra. Para ello, tapamos una de las fosas nasales mientras respiramos por la otro y luego cambiamos. También hacemos respiraciones profundas e inflamos igualmente el estómago para mover el diafragma.
Esta respiración es muy útil para tomar consciencia de nuestro cuerpo.
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