Felicidad
¿Cómo tomar la decisión correcta?
A veces estamos en la encrucijada ante temas transcendentales de nuestra vida y no sabemos qué decisión tomar. Es frustrante y podemos tardar demasiado tiempo en decidirnos o incluso equivocarnos con la decisión que hemos tomado y pagar duras consecuencias. Aceptar o no tal trabajo, dejar o no a nuestra pareja, casarnos o no casarnos, tener hijos o no tener hijos, estudiar esta o esa carrera…
Con este post, espero ayudarte a tomar la decisión correcta.
Hay tres formas básicas de analizar un problema de la vida cotidiana que necesitamos solucionar:
1# la racional
Es decir, basándonos en la pura funcionalidad y la lógica de la razón. Desgraciadamente, tus pensamientos no van a poder atar todos los cabos, una justificación te lleva a la otra y puedes seguir dándole vueltas al asunto en un camino de eternas cavilaciones.
Tu razón intenta obstinadamente encontrar una solución para un problema para el cual no hay una solución «correcta» o «unilateral», por lo que reflexión tras reflexión entrarás en un círculo vicioso que no te va a aportar ningún resultado útil.
Pongamos un ejemplo:
El trabajo que me ofrecen está peor remunerado, pero me pilla más cerca de mi casa, además me gusta más que el que tengo ahora, pero tendré que quitar a mis hijos de la escuela privada. Por otro lado, mi mujer no está de acuerdo con eso, puede ser fuente de conflictos en la pareja que cambie de trabajo; sin embargo, ese trabajo es más creativo y el que tengo ahora me tiene agotado. Claro que si me cambio de trabajo tendré que coger el metro, porque entrar a la ciudad con el coche es una locura…
Y así te puedes estar in eternis. ¿Crees que dicha persona, al final, elegirá la decisión correcta? Probablemente no llegue a tomar ninguna decisión, solo tendrá dolores de cabeza de tanto pensar los pros y los contras, y será el tiempo quien decida por esa persona.
2# la emocional
Es decir, con tus sentimientos. El problema de dejarse llevar por las emociones es que puedes caer en la trampa de la falta de objetividad. Las emociones que otras personas o cosas nos provocan «falsifican» la realidad o la verdad sobre ellas. Nuestro mundo subjetivo es totalmente «nuestro». ¿Verdad que la euforia puede llevarnos a la equivocaión? ¿Verdad que la depresión puede sumirnos en la absoluta negación?
Digamos que si nos fiamos solo de las emociones podemos fácilmente tomar la decisión equivocada, porque estamos atrapados por el desequilibrio propio de la subjetividad.
Un ejemplo usual:
Imagina que una persona está enamorada, siente un amor profundo, sabe por qué lo siente, esa persona es estupenda, es fascinante, es atractiva, lo tiene todo… pero no la corresponde. Si se deja llevar por sus sentimiento, ¿Crees que tomará la decisión correcta?
3# la intuitiva
El tercero y más conveniente modo de tomar la decisión correcta es, damas y caballeros, la indispensable intuición. La conocida «corazonada» es la suma de todos tus sentidos, tanto de las emociones como de la lógica. Además no es un método fatigoso que conlleve darle vueltas y vueltas al tema.
Simplemente cofía en tu interior, ¿te chirría o no te chirría el asunto? Escuchar y confiar en nuestro corazón, nos evitará muchas equivocaciones.
¿Qué haría la persona que quería cambiar de trabajo si escucha a su corazón? ¿Qué haría la mujer enamorada y no correspondida si dejara emerger su corazonada? No importa lo que ellos decidieran, porque depende de múltiples factores, pero lo que importa es lo que harás tú a partir de ahora cuando quieras tomar la decisión útil y correcta para ti.
La intuición es rápida y eficaz.
Y déjate de rollos…
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