
Regulación emocional
La técnica del automensaje
Entablar un diálogo con nosotros mismos es una técnica muy eficaz para ir frenando aspectos de nuestra conducta que queremos modificar.
Hay mensajes que nos podemos decir:
1# ANTES DE QUE OCURRA LA SITUACIÓN CONFLICTIVA
Si conocemos las situaciones en las que nos comportamos de manera inadecuada, podemos prever lo que sucederá y prepararnos para la acción con frases que nos animen a hacer las cosas bien y que nos motiven o alienten.
Por ejemplo, imaginemos que tenemos una compañera en el trabajo que siempre está a la defensiva y con la que solemos discutir por cualquier cosa. Podemos decirnos: «Cuando vea a Fulanita voy a respirar hondo y sonreír, eso me ayudará a relajarme y a expresar aceptación y buen humor».
Si, además, solemos tener pensamientos negativos al respecto como «Oh, ya está ahí Fulanita, qué horror, seguro que me dice algo que me irrita». Podemos decirnos a nosotros mismos: «Este pensamiento negativo me causa malestar. Es mi pensamiento lo que me hace estar mal».
Preguntarnos cómo queremos reaccionar ante la situación la próxima vez que ocurra, nos ayudará a crear una estrategia. Además, tenemos que combatir todos nuestros pensamientos que nos hagan sentir inseguros con otros más motivadores y, también, podemos ayudarnos a afrontar la situación con mensajes de confianza, como «Sé que puedo afrontarlo, tengo recursos para ello».
2# al comenzar la situación conflictiva
Al comenzar la situación conflictiva, solemos tener el impulso de reaccionar como de costumbre, en ese momento es cuando debemos detenernos.
Por ejemplo, imaginemos que Fulanita se acerca y empieza a quejarse de que no trabajamos lo suficiente y que, en cambio, ella se lleva la peor parte. Podemos decirnos: «Voy a poner en práctica mi estrategia, respiro hondo y cuido mi lenguaje no verbal, no voy a enfadarme por lo que me está diciendo. Puedo responderle educadamente lo que opino. Me voy a dar unos segundos para pensar antes de hablar».
Recordarnos que es el momento de aplicar nuestra estrategia, centrarnos en lo que estamos haciendo y en lo que realmente importa en el momento presente y reforzar nuestra autoestima reconociendo que somos capaces de reaccionar como queremos hacerlo, controlando nuestro impulso, son maneras de afrontar la situación que nos ayudan a conseguir nuestro objetivo.
3# Durante un momento tenso
Imaginemos que no hemos podido evitar que la situación se complique. De repente estamos enzarzados en una discusión con Fulanita, que nos grita y nos mira con ojos crispados. Podemos decirnos: «Ahora estoy mal, pero puedo recuperarme. No me voy a dejar llevar por mis pensamientos. Me relajaré mediante la respiración y luego responderé educadamente y seguiré con mis tareas».
En este caso, simplemente intentamos pasar el mal trago lo mejor que podamos, para ello nos decimos palabras de aliento que nos ayuden a soportar la situación hasta que haya pasado y mensajes que frenen los pensamientos derrotistas.
4# después de la situación tensa
Después del conflicto, tanto si hemos reaccionado relajadamente, como si nos hemos puesto tensos y hemos sucumbido al drama, podemos extraer conclusiones y animarnos a nosotros mismos para la próxima vez, sin sentir culpa ni reprocharnos el habernos equivocado y, sobre todo, preguntándonos qué hemos aprendido que pueda ayudarnos en el futuro a afrontar mejor la situación
Podemos decirnos: «Bueno, lo he intentado y eso ya es algo. He dado un pequeño paso al… (respirar hondo, por ejemplo) ¿Qué puedo aprender para la próxima vez? Auto-reprocharme solo va a hacer que me sienta más insegura la próxima vez, no voy a sentirme culpable, puedo volver a practicar mis estrategias en el futuro y poco a poco iré sumando logros».
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