Vivir en positivo
La eficacia de aprender jugando
Los niños descubren el mundo a través del juego, es a través del juego como ellos expresan sus sentimientos y su comprensión del entorno. Por lo tanto, qué mejor manera de trasmitir la educación emocional, más que jugando.
Jugando pueden aprender habilidades sociales como la cooperación, la empatía, la escucha. Jugando pueden aprender a comunicarse eficazmente, a tolerar la frustración, a reconocer los propios logros. Y por lo tanto, a través del juego, pueden fortalecer su autoestima, conocerse a ellos mismos, aprender a ser más tolerantes y un largo etcétera.
Un ejemplo es el juego «confianza ciega» en el que un niño se pone un antifaz y el otro le guía de un lugar a otro. Así aprenden a ponerse en el punto de vista del otro, a saber qué es lo que ayuda a comunicar y que es lo que no ayuda a comunicar, a que hay que ser preciso a la hora de utilizar las palabras, etc.
Reivindiquemos la necesidad de que los padres jueguen con los hijos. Los juegos nos dan la posibilidad de entablar vínculo con ellos y de aprovechar para educarles. Por ejemplo, podemos enseñar a nuestros hijos a cooperar entre ellos jugando a misiones en el supermercado: imaginemos a dos hermanos que tienen que desactivar las bombas que hay en los diferentes artículos del carro pasándolos por el «escáner», la cinta de la cajera. Pocos niños se resistirán a una misión tan emocionante.
Para ello es indispensable que los padres piensen y se den tiempo para ser creativos, la imaginación de l@s hij@s es tan grande que cualquier historia puede servirles, y es la mejor oportunidad para reflexionar sobre cualquier tema, porque el juego, al fin y al cabo, es una imitación de la vida.
Si quieres descubrir infinidad de juegos con los que desarrollar la inteligencia emocional en tus hijos, puedes encontrarlos empezando por este POST.
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