Vivir en positivo
Enseñar a gestionar el enfado
Enseñar a nuestros hijos a gestionar las emociones es una parte indispensable de nuestra labor como padres y madres. Para ello debemos recordar que lo básico es servirles de guía en las diferentes situaciones de la vida.
En el caso del enfado, lo primero es tener claro qué es y para qué sirve. El enfado es una sensación de injusticia y de que alguien ha sobrepasado nuestros límites, sirve para poner límites a otros y para mostrar nuestro desacuerdo. Bien gestionado, nos impulsa a expresar nuestra opinión y a reafirmarnos siendo respetuosos y tolerantes. Pero, mal gestionado, puede conducir a la violencia, a la agresividad, a la frustración, al arrepentimiento y a una baja autoestima.
La psicóloga Begoña Ibarrola propone que, si vemos que el enfado desborda a nuestros hijos, lo primero que debemos hacer es acompañarlos, buscar las causas de ese enfado, dialogar con ellos y escucharlos, con la intención de permitir que expresen la emoción y se vayan liberando de ella. Sobre todo, no reprimir la emoción del enfado, sino decirles: «es lógico que estés enfadado por esto, pero hay unas formas positivas de demostrar el enfado y hay otras muy destructivas» y señalarle cuáles son. Evidentemente, es también muy importante que nosotros mismos seamos capaces de ponernos límites cuando nos enfadamos, para que exista una congruencia entre lo que hacemos y les decimos que hagan.
A modo de resumen, Begoña Ibarrola da una serie de orientaciones muy acertadas:
Nombrar las emociones
Cuando el niño da nombre a la emoción o sentimiento comienza a apropiarse de ella y, por lo tanto, a entenderla e identificarla. Hay que entender y decirle al niño que «está bien estar enfadado», porque solo si sabes que lo estás, podrás empezar a regular esa emoción.
No reprimir las emociones
Regular las emociones no significa ahogarlas o reprimirlas, sino expresarlas de forma adecuada.
Aprender a entrar en calma
Tenemos que calmarlos desde pequeños para que ellos aprendan a entrar en calma de forma autónoma.
Aprender a tolerar las frustraciones
No podemos suprimir todas las fuentes de frustración. Deberá aprender formas positivas de hacer frente a estos sentimientos.
Aprender a pensar en positivo
Pensar en positivo y encontrar alternativas a las dificultades. Desdramatizar y usar el sentido del humor.
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