Automotivación
8 claves para automotivarse o motivar a los demás
La motivación es esa energía que te mueve a realizar lo que deseas o lo que quieres hacer para alcanzar tus objetivos. Hay veces que no conseguimos el grado de motivación que necesitamos o no encontramos nada que nos llene lo suficiente. Los profesores lo vemos en clase cada día, se hace cuesta arriba lograr mover los corazones de los alumnos y, por ende, hacer que saquen la libreta y el boli, que atiendan, que se interesen… les falta esa compañera tan necesaria en el día a día: la motivación.
Te propongo 8 claves para automotivarte o motivar a los demás
1. ¿Cuál es tu objetivo?
Lo primero e imprescindible es marcarse un objetivo claro. Quizás ya sabes tu objetivo, pero te falta motivación, o quizás todavía no sabes qué hacer que pueda motivarte. Piensa… ¿qué quieres hacer en tu vida? ¿Buscar un trabajo mejor? ¿Hacer un viaje? ¿Aprobar los exámenes? ¿Sacarte una carrera? ¿Formar una familia? ¿Mejorar en algún aspecto de tu vida? ¿Comprarte eso que tanto te gusta? ¿Mejorar en algún deporte? ¿Mejorar tu forma física? ¿Mejorar tus relaciones con los demás? ¿Descubrir qué es lo que te gusta? ¿Descubrir cuál es tu objetivo?
Primero hay que plantearse qué se quiere y tenerlo muy claro. Luego hay que preguntarse qué te aportará dicho objetivo y para qué lo quieres conseguir. Eso te ayudará a darte cuenta de si realmente es beneficioso para ti, y cuanto más beneficioso sea para ti y tu entorno, más te motivará.
2. ¿Cómo es tu objetivo?
Es importante que sea realista, es decir, que puedas realizarlo. No importa lo mucho que te cueste o el tiempo que tardarás en conseguirlo, pero sí que sea factible. Hazte la siguiente pregunta, ¿conoces a alguien que en tus mismas circunstancias lo consiguió? Busca en Internet y descubre si alguien lo consiguió o busca en tu entorno más cercano y descubre si alguien lo consiguió antes que tú y en las mismas circunstancias. Si te topas con una respuesta afirmativa, lo siguiente es decirte a ti mismo ¿y por qué yo no? Si ellos lo hicieron, tú también puedes hacerlo.
3. Planifica tu camino hacia la meta
Una vez ya sabes si tu objetivo es realista, puedes plantearte un tiempo límite aproximado para conseguirlo. Es importante marcarte un límite de tiempo para que te puedas organizar y no te caduquen las posibilidades. ¿En cuánto tiempo quieres que tu objetivo esté realizado? ¿Qué vendrá después, qué objetivo le seguirá?
Es por lo tanto muy importante planificar, saber lo que vas a hacer cada día para estar más cerca de tu objetivo. Como dice Mario Alonso Puig: hay que pensar a escala grande y actuar a escala pequeña. Es decir, los sueños grandes son los que nos provocan entusiasmo, soñar cosas sencillas o poco valoradas no mueve a nadie, piensa a lo grande… QUIERO CONSEGUIR MI SUEÑO. Y luego actúa en pequeño, es decir, ves poniendo una piedra cada día, poco a poco, dando un paso diario hacia tu sueño, sin flaquear, obligándote a poner ese granito de arena… parece un pequeño paso, pero unido a los anteriores y a los que te faltan, construirán el camino que necesitas recorrer.
4. Adquiere confianza en ti mismo
Sería muy fácil si pudiéramos ir al supermercado y pedir «Deme 100 gramos de confianza, por favor. A rodajas finitas, si puede ser… no, de esa no, de la cara, que parece más buena». La confianza hay que construirla, nadie te la va a dar. Si tuviste la suerte de crecer en un entorno en el que día a día te animaban, valoraban lo que hacías bien y le quitaban importancia a lo que hacías no tan bien, es probable que tengas unos niveles de confianza aceptables. Si no es así o, aún así, tus niveles de confianza no son suficientes: empieza a animarte a ti mismo, empieza a valorar lo que sí haces bien y empieza a quitarle importancia a lo que no haces tan bien. Nadie lo va a hacer por ti, eres tú el responsable de hacerlo.
Despójate de las etiquetas: «Soy… desordenado, soy… mal estudiante, soy… gordo», cámbialas por «Puedo ser más ordenado», «Podría ser mejor estudiante», «Podría ser más delgado» ¿es o no verdad? ¿podrías o no? No dejes que nadie te etiquete ni seas tú mismo el artífice de tus etiquetas negativas. Tú decides lo que quieres ser en cada momento, con tus acciones. Piensa antes de actuar y decide qué quieres hacer para lograr ser como realmente quieres ser o para lograr tu objetivo.
Además, destierra el verbo ser, puesto que decir «soy…» o «eres…» da sensación de absoluto, como si eso no pudiera cambiar, como si ser «algo», significase que no puedes ser «otra cosa». Mejor date cuenta de que estás en unas circunstancias concretas que pueden cambiar o estás teniendo una conducta concreta que puedes cambiar. Siempre hay posibilidad de cambiar tu actitud.
Y ya que sabes lo de las etiquetas, entrénate y no vayas poniendo etiquetas, por ahí, a los demás: «eres… un gandul», «eres… un mentiroso», «eres…» ¿No es mejor decir «Has tenido una conducta vaga, pero… puedes ser más activo y enérgico», «has dicho una mentira, pero puedes decir la verdad la próxima vez». Todo está en perpetuo cambio, así que hay que potenciar que el cambio sea a mejor, tanto en los demás como en nosotros mismos.
5. Modela
«Modelar» es un término usado en Programación Neuro Lingüística (PNL) para denominar lo que se entiende por estudiar a las personas de éxito hasta descubrir lo que las ha llevado al éxito e imitar sus pasos. Encuentra a alguien que ya ha pasado por lo mismo que tú te propones, alguien que lo haya conseguido y que haya logrado un gran éxito en la materia. ¿Qué hizo para conseguirlo? ¿Cuál fue su actitud ante la vida, ante el fracaso, ante las circunstancias? ¿Qué pasos siguió para lograrlo? ¿Qué obstáculos se encontró y cómo los superó?
Cuando hayas respondido a estas preguntas, tendrás una lista de herramientas y estrategias que podrás aplicar a la consecución de tu propio objetivo.
6. Actúa con perseverancia y obsérvate.
Haz el primer movimiento, pon la primera piedra, añade el primer granito de arena y no desistas. En ocasiones, nos dejamos vencer por la desgana, el aburrimiento, los prejuicios, la opinión de los demás, nuestras creencias limitantes. Por eso es tan importante ser conscientes de lo que hacemos, de cómo nos levantamos, de cómo le hablamos a los demás, de cómo nos hablamos a nosotros mismos, de cómo actuamos en las diferentes situaciones que se nos presentan, de qué actitud queremos tener ante ellas. En la medida que seas consciente, podrás elegir. Si te pones el automático, habrá acabado el día sin que te des cuenta, pero si observas lo que ocurre a tu alrededor, no pararás de tomar decisiones de la mañana a la noche, y acabarás el día con la satisfacción de haberte dado cuenta de lo que sea: de que hay algo que puedes mejorar o de que hay algo que has hecho estupendamente y podrás prepararte para el día siguiente.
¿Una vida que no es observada merece la pena ser vivida? ¿Merece la pena pasar por la vida sin darte cuenta de lo que sientes, de lo que quieres, de lo que te gusta, de quién eres? Observarte, verte, sentirte, escucharte… y actuar.
7. Date permiso para cometer errores
Es esencial que comprendas que no se puede hacer todo bien y eso es normal, no hay que desanimarse porque siemrpe tienes una nueva oportuniddad a la vuelta de la esquina. Haz caso de ese refrán que dice «Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana». Asumir el derecho a equivocarte es lo que te dará fuerzas para perseverar. «Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, tienes razón», esta cita atribuida a Henry Ford, habla de la importancia de darse oportunidades.
8. Sé creativo
El ser humano es curioso por naturaleza y esa curiosidad es, de por sí, motivación, movimiento hacia lo nuevo. Es lógico que las rutinas del día a día o lo que se supone, por creencia colectiva, que es tedioso, no nos provoque motivación. Si quieres motivarte, tienes que ser creativo y buscar esa parte apasionante de aquello que quieres hacer. Si lo que quieres es motivar a otros, hay que cambiar la concepción de lo que es aburrido y lo que no lo es, también necesitarás un componente creativo para ello.
Déjate sorprender cada día con algo nuevo, cambia tu punto de vista, dale la vuelta al asunto, cambia el formato, piensa en cómo podrías hacer que fuera más divertido, dale ritmo, combínalo con algo que te relaje, te active o te haga reír… Y lo mismo si lo que quieres es motivar a otros.
«La creatividad simplemente consiste en conectar cosas», Steve Jobs
«No hay creatividad sin investigación», Anónimo.
La motivación cuesta mantenerla, pero cuando la mantienes durante un tiempo con esfuerzo y tesón, entonces, se queda contigo para siempre, para cada nueva carrera, y se convierte en entusiasmo. Porque la motivación se entrena y se aprende, y está al alcance de todo aquel que quiera obtenerla. Pagar el peaje vale la pena.
Si quieres descubrir en qué consiste tener una actitud motivada y compararla con las demás posibilidades no tan buenas, pincha AQUÍ.
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